Talavera de la Reina, Toledo, Spain
Nace AZ, y con ello una ideología, un estado de animo, una condicion... Empezamos aqui un dorado (en algunos casos) y delicioso camino hacia el conocimiento, estudio y disfrute de este perfecto brebaje. Unios a nosotros en esta historia con final espumoso. Bienvenidos de nuevo a todos a AZ. Gracias a todos los que hacen posible todo esto.

Especial reportaje de Irlanda.(Dublín) Fábrica de Guinness.

 Una visita a una fábrica donde se manufacturan cualquier tipo de productos, siempre es curioso, puesto que es interesante ver cómo se manipula, empaqueta o embotella ese producto que luego encontraremos en estanterías y mostradores de supermercados y tiendas. Pero este interés aumenta considerablemente si te consideras un cervecero de pro y la fábrica elegida es, el que posiblemente se pueda considerar, el templo de la cerveza.


Situada en St. Jame’s Gate la fábrica de Guinness es el lugar más visitado de Irlanda con 4.000.000 millones de visitas anuales. Guinness Storehouse es el edificio de la fábrica dónde el visitante puede acercarse al proceso de fabricación de esta “vieja negra” que alguna vez todos hemos paladeado, con mayor o menos placer según preferencias cerveciles de cada uno.
  
Fachada de la fábrica de Guinness en Dublín.
 El  edificio tiene un diseño interior inspirado en     una gran pinta, normalmente un vaso de pinta tiene una capacidad de 0.5683 litros, pero este vaso puede contener 14.3 millones de pintas (podéis ir recogiendo el charco de saliva que acabáis de hacer bajo vuestra boca), y en cada una de sus 7 plantas, podemos ir acercándonos paulatinamente a cada etapa de la producción de esta cerveza.











Contrato de arrendamiento,
firmado en 1759 por Arthur Guinness

Como datos históricos curiosos referentes a la fábrica y a Guinness se puede destacar el contrato de arrendamiento del solar dónde está la fábrica, firmado en 1759 por Arthur Guinness y por el que tiene alquilada por 45 libras mensuales durante 9000 años el terreno donde se emplaza este “templo”. O también se puede hacer referencia a la pequeña historia que se generó con el logo de Guinness (un arpa, para todo aquel que no haya reparado en ello anteriormente). Guinness es una empresa registrada desde 1759 y al nacer vino con un arpa debajo del brazo para representar su presencia en el mercado. El estado Irlandés como tal se declaró  en 1949 y al intentar estampar un escudo en su bandera quisieron poner la famosa arpa de Guinness, y al estar registrado el logotipo no pudieron utilizarlo, solución, dar la vuelta al arpa. Nunca antes, ni ahora, se  puede asociar una cerveza o un producto, tanto, a un país, nación o comunidad.

Semillas con la que elabora la cerveza.
Dentro de Guinness Storehouse podemos ir viendo, oliendo, tocando y saboreando desde las semillas con las que se hace una buena Guinness, el agua que se emplea o los toneles donde se transportaban antaño. Este edificio es un templo (no solo para cerveceros) para los sentidos, desde el momento que entramos y nos colgamos al cuello el típico telefonito que nos va contando la historia y curiosidades de interés, nuestra pituitaria se despierta repentinamente nada más cruzar un cartel que reza… 

“ Here starts your Guinness experience”, y es cierto, visualmente es un espectáculo, al igual que lo es para el tacto o el oído.

Subiendo planta por planta, podemos ir descubriendo rincones que nos explican, cómo se tuesta, transporta, transportaba, cómo se anuncia, o dónde se embotellaba la cerveza que (según Guinness) se comercializa en más países del mundo. Maquetas de barcos, antiguas vagonetas, pirámides de toneles o una buena colección de botellas de Guinness antigüas (fetiche para los amantes de la cerveza).






Para terminar en la cúspide del edificio nos encontramos el famoso Grativity Bar, donde con la entrada al recinto podremos degustar de una fresquita y perfectamente tirada pinta de Guinness servida en 119.5 segundos exactamente, mientras divisamos el fabuloso paisaje que nos ofrece la ciudad de Dublín. ¡¡ Advertencia el vaso no te lo puede llevar a casa !! pero… bueno cada uno sabrá qué hace con su vaso. Aunque a la salida podemos encontrar la típica tienda de suvenires donde podréis pedir un préstamo previa compra de un detallito para el recuerdo de vuestra visita.

Como opinión personal os invito a todos a que paséis al menos una vez en la vida por este lugar.


 Vistas desde la fábrica, donde se puede contemplar un un fabuloso paisaje de la ciudad de Dublín.


Gracias por el  reportaje Carter, ¡¡eres un gran corresponsal!!



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